Las tarjetas de visita tienen su propio lenguaje en culturas diferentes y en función de cómo las entreguemos o recibamos. Si nos la entregan con las dos manos, como es el caso de la cultura oriental, hemos de recibirla del mismo modo, y nunca guardarla inmediatamente, es un gesto muy feo en oriente y en occidente. Aunque por estos lugares, sí la podemos guardar en el bolsillo del pantalón, una vez mostrado interés por la entrega, observándola unos instantes y aprovechar, si es que estamos interesados en un próximo contacto, el momento para el intercambio. Se puede escribir cualquier dato importante sobre la persona, pero nunca entregaremos una tarjeta arrugada, tachada, ni escrita, siempre ha de entregarse impoluta, con papel de calidad y actualizada, estemos donde estemos. En la cultura oriental, además, si es posible se entregará impresa también en su idioma, con el nombre y cargo que ocupamos en la empresa, según la jerarquía que ofrezc...