Según te ven, así te tratan
TARJETAS DE VISITA
Es nuestra primera imagen, el primer impacto, la primera impresión
Surgieron en el siglo XIX, ante la costumbre social de visitar a familiares y amigos. Si los visitados no estaban en casa, se les entregaba una tarjeta de visita al personal de servicio con la mínima reseña posible como un saludo. Si los señores estaban en casa, también se entregaba una tarjeta al personal para que anunciaran su visita.
Hoy día conservamos el nombre, pero el uso se ha generalizado mucho más al ámbito comercial, haciéndose imprescindibles para presentar la empresa y que quede presente que deseamos un siguiente contacto con la persona que interactuamos.
Esta presentación ha de ser perfecta, tanto en forma como en estilo de entrega y como no, la tarjeta que presentemos ha de ser elegante, acorde con lo que representemos y sobre todo, inmaculada. Es decir, no se puede entregar una tarjeta que esté arrugada, escrita por encima, tachada, y sobre todo, que no esté actualizada.
Existen diferentes tipos de papel, medidas y acabados que darán, junto al diseño, la exclusividad que se pretende buscar, siempre dependerá de la inversión que se quiera realizar.
Hoy en día, con tantas empresas que aparecen y desaparecen, nos crea incertidumbre a la hora de elegir, por ejemplo, una empresa de reformas. Psicológicamente nos decantaremos más por la empresa que nos presente el presupuesto en papel con logo. Nos está informando, a diferencia del resto, que es una empresa asentada, segura de su trabajo y que probablemente encontraremos con el tiempo por si surge alguna incidencia.
Comentarios
Publicar un comentario